En el mundo de la empresa actual, el tamaño no es ya por sí solo garantía de eficacia ni de obtención de resultados.En un entorno global, muy competitivo y que cambia a gran velocidad, la adaptación al cambio, la innovación, la gestión óptima de los recursos y la apertura al exterior son algunos de los factores diferenciales del éxito. Generar alternativas, opciones distintas, nuevas estrategias y soluciones diferentes, competitivas y eficaces resulta vital para adaptarse a esta nueva coyuntura. Pensar en GRANDE crea nuevas posibilidades de actuación, permite marcarse metas ambiciosas y que supongan un desafío real para organizaciones y personas. Actuar distinto, poner en marcha nuevas acciones creativas e innovadoras es hoy el camino del éxito.
El coaching es una disciplina que nació en el mundo del deporte y desde hace más de 30 años se ha ido adentrando en el ámbito empresarial como un proceso que potencia el desarrollo personal o profesional. El coaching ejecutivo se ha revelado como una potente herramienta para impulsar la creatividad de las personas, liberar el talento oculto y desarrollar habilidades directivas, lo que hace de él un factor diferencial de generación de valor y en definitiva crea una ventaja competitiva para las empresas que invierten en él.
El coaching en la empresa facilita la competitividad. Marcar objetivos, mejorar la eficiencia de los equipos, gestionar el cambio en entornos de incertidumbre, estar abiertos al exterior, fomentar la creatividad, trazar un plan de acción y ponerlo en marcha, evaluar los riesgos y los resultados son algunos de sus ámbitos de actuación.
Hoy en día el coaching ejecutivo está al alcance de todas las empresas, no solamente de las de gran tamaño, sino también de la pequeña y mediana empresa. La oferta de coaching ejecutivo es muy amplia, así como las distintas aproximaciones y herramientas. Hoy en día las pymes tienen la oportunidad de utilizar y sacar partido de procesos innovadores y personalizados que hasta hace unos pocos años parecían reservados solamente a las grandes empresas.
Pensar en GRANDE es posible para todos. Ser GRANDE no es cuestión de tamaño, ser GRANDE es cuestión de actitud.