En la última década, hay un creciente interés por la neurociencia, especialmente en busca de respuestas a cómo avanzar en la cura de ciertas enfermedades neuronales, cómo desarrollar el potencial del sistema neurológico, cómo mantener e incrementar el rendimiento cognitivo o la simple curiosidad de saber más sobre el funcionamiento de una de las creaciones más maravillosas de la naturaleza, el cerebro.
La principal función del cerebro es mantener vivo al organismo para que pueda interactuar con el entorno, a través de sus tres funciones, sensitiva, motora e integradora. Hoy sabemos que el cerebro es moldeable y que gracias a su neuroplasticidad – la extraordinaria capacidad para formar redes neuronales nuevas o modificar las existentes de forma constante – todos podemos desarrollar sus funciones ejecutivas a cualquier edad.
El cerebro está en permanente desarrollo durante la niñez, la infancia y la pubertad, alcanza su madurez hacia los treinta años y su pleno desarrollo a los cuarenta. A partir de esa edad, mantener un cerebro sano y balanceado es fundamental para retrasar su envejecimiento y ganar en calidad de vida. Los temas que más preocupan a medida que envejecemos son la memoria, su deterioro y la reducción de la velocidad de procesamiento de la información.
La neurociencia ha puesto en evidencia una serie de actitudes vitales que nos ayudan a retardar el envejecimiento cerebral: la primera de ellas es la práctica del ejercicio aeróbico de forma moderada, de 30 a 60 minutos, tres veces por semana. Además de oxigenar las células cerebrales, el deporte libera neurotransmisores como la dopamina y la serotonina que ayudan a reducir el estrés. Dormir bien es otra de las principales recomendaciones a seguir si queremos ayudar al equilibrio de nuestro cerebro. Él nunca duerme y mientras dormimos la neocorteza y el hipocampo consolidan los recuerdos.
Una alimentación sana es un hábito muy importante para mantener el cerebro en forma, al aportar los nutrientes necesarios. El evitar aquellas cosas que podemos calificar como tóxicas por descontado evitarán desequilibrios y disfuncionalidades: el alcohol, el tabaco, las drogas e incluso las relaciones que nos limitan. En el ámbito de las relaciones, es muy recomendable el salir de la rutina y mantener una actitud abierta y curiosa a aprendizajes y experiencias, que nos reporten diversión y diversidad. La risa es una gran aliada para activar el núcleo accumbens lo que provoca una sensación de bienestar que puede durar horas. En el ámbito personal, nos van a ayudar mucho los pensamientos positivos, la gestión de las emociones y el disfrute de las pequeñas cosas. Practicar la visualización creativa, dominar la técnica de la respiración profunda, utilizar el lenguaje en positivo y eliminar los bloqueos internos a la creatividad, nos va a permitir tener un cerebro más activo.
El coaching promueve estas actitudes e incorpora muchas de estas técnicas, para permitir aprovechar la máxima potencialidad de nuestro cerebro, descubrir alternativas y nuevas posibilidades y así conseguir resultados extraordinarios en nuestro día a día a cualquier edad.