Si hay dos verdades irrefutables en nuestra existencia, son sin lugar a dudas estas: que nuestra vida es finita y que no podemos cambiar el pasado. Viktor Frankl, eminente psiquiatra austríaco, superviviente de los campos de concentración nazis, escribió:
“Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la existencia nos plantea, cumplir con las obligaciones que la vida asigna a cada uno en cada instante particular.”
Somos responsables de nuestra propia vida, tenemos la capacidad y los recursos para hacer que las cosas sucedan y en definitiva somos libres de elegir la vida que queremos vivir. Cada uno de nosotros elige la actitud que toma delante de su vida: la de “víctima”, instalado en la queja y en echar la culpa de lo que nos pasa a los demás y al mundo; o la de “responsable”, haciéndose cargo de sus circunstancias y sabiendo que siempre está en su mano dar el primer paso.
Nuria Oriol en su libro “El alma del coaching” (2013) cita cinco hábitos saludables para encarar el día en nuestra vida cotidiana, hábitos que nos sitúan en esa actitud “responsable” de quien se sabe libre de elegir:
- Sonreír
- Repasar la jornada
- Tener en nuestra actitud una intención creativa
- Practicar gestos de generosidad hacia los demás y hacia uno mismo
- Agradecer, ser agradecidos con los demás y con la vida
Con estos sencillos hábitos saludables lograremos pequeños cambios que se traducirán en grandes resultados. Como dice Nuria, “cambiar puede dar miedo, pero podemos superarlo”.
En ese proceso de cambio, el coaching te puede ayudar, en ese cambiar el “no puedo” por el “soy capaz” y “lo voy a conseguir”.