¿Sabías que según el estudio de Edenred / Ipsos del año 2015 el 40% de los trabajadores españoles desearían abandonar su puesto de trabajo y el 41% están insatisfechos con el equilibrio entre su vida personal y familiar?
Numerosas investigaciones y estudios han demostrado la correlación entre el compromiso de los empleados y la satisfacción con el entorno laboral. Así, entornos laborales que fomentan la conciliación y que incentivan la motivación de sus empleados consiguen incrementos significativos de la productividad y en consecuencia mejoras en los resultados del negocio.
En un entorno globalizado, muy competido y de cambios rápidos y constantes, las empresas se enfrentan con el reto de maximizar la aportación de sus trabajadores y aprovechar todo su talento y creatividad. Además, es la primera vez en la historia que en las empresas y organizaciones conviven cuatro generaciones, cada una con necesidades y perspectivas distintas en cuanto a la manera de trabajar. Generar sinergias positivas entre ellas permitirá aprovechar mejor el potencial de cada una. Las empresas son cada vez más conscientes de la necesidad de crear ambientes de trabajo en los que los empleados se sientan más cómodos, más valorados y más satisfechos. Está demostrado que el disfrute aumenta la eficiencia en el desarrollo de una tarea. Empieza a ser tendencia el que los jefes persigan como objetivo la felicidad de las personas que conforman sus equipos de trabajo. Se habla de “gefes” en vez de “jefes”: son los llamados “gestores de felicidad”.
El nuevo reto hoy es abandonar el concepto de “empleados ocupados” y pasar a un nuevo concepto mucho más enriquecedor, el de “personas plenas”, personas satisfechas y motivadas que aprovechan su desarrollo personal y profesional para mejorar su rendimiento. Para ello, la vía es crear ámbitos laborales en los que prime la confianza, se genere el compromiso de las personas y se fomente la colaboración entre ellas. Hace ya tiempo que muchas empresas han comprobado los beneficios que les reporta el invertir en medidas de desarrollo y formación. Procesos de coaching, mentoring, y toda una serie de acciones formativas ayudan a crear conciencia y a cambiar actitudes y comportamientos más alineados con este nuevo concepto de “personas plenas” y entornos laborales enriquecedores.