Vivimos tiempos cambiantes: las tasas de insatisfacción con el trabajo son preocupantes, abunda el estrés, el desánimo y la inseguridad, nuestra población se envejece y va menguando y nos enfrentamos cada día a cambios continuos en procesos, productos y maneras de relacionarlos. Podemos vivir todo este nuevo panorama como una amenaza o como una oportunidad.

En este nuevo terreno de juego, empresas y organizaciones se enfrentan a dos nuevos retos fundamentales para avanzar:

Entendemos por transformación digital una transformación veloz, profunda y relacionada con todos los elementos del negocio para aprovecharse de las oportunidades que se derivan de las tecnologías digitales y de su impacto en la sociedad, de manera estratégica.

La pregunta es sencilla: Si mis clientes cambian, ¿puede mi negocio permitirse no cambiar?

Lo cierto es que las estadísticas nos dicen que la digitalización de las empresas y especialmente de las pymes avanza a un ritmo muy lento y que todavía queda mucho por hacer.

Una estrategia digital no afecta tan sólo a aspectos de marketing digital. Eso es la primera fase del proceso. Debe incorporar también elementos de cambio en la gestión de las personas, cambios en la gestión de las operaciones y, por último, cambios en la gestión financiera, para adaptarlos a esta nueva era digital.

Rodearse de expertos que nos acompañen en este proceso de cambio será de gran ayuda. Disciplinas como el coaching, la consultoría, la formación o el mentoring pueden ser grandes aliados para la empresa en esa transformación del negocio y de las personas.

 

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